miércoles, 25 de junio de 2008

Carga "light"

Una de las frases mas famosas y socorridas del mundo de la Publicidad y que se le achacan a todos y cada uno de los grandes mitos históricos de la Industria es "Mi Agencia sube y baja dirariamente por el ascensor" o algo parecido (Hay varias versiones, palabras más, palabras menos). Su sentido es obvio, sólo la gente es capaz de generar ideas por lo tanto una Agencia es su gente y el valor de la misma no radica entonces en sus computadoras o en sus muebles, radica sencillamente en el talento de su gente.

Pues bién, dado este pensamiento preclaro, y aceptado por todos los que hemos venido detrás de los Ogilvis, los Burnets o los Fairfax Cone, como palabra de Dios y una verdad incuestionable, es facil suponer que la Industria de la Publicidad debe haber sido abanderada e innovadora en lo tocante a la moderna disciplina de Recursos Humanos, sin embargo me pregunto yó, ¿cuantas Agencias cuentan hoy en México con un verdadero departamento de Recursos Humanos?, mas allá de alguien que maneje la nómina.¿Cuantas Agencias tienen una Dirección de Recursos Humanos con voz y voto en sus comités de Gerencia, al mismo nivel que Cuentas, Creativo y Planning? ¿Cuantas Agencias cuentan con verdaderas estrategias de Recursos Humanos dentro de su Plan estratégico del año? ¿Cuantos Directores de Recursos Humanos conocen de verdad las necesidades y la problemática de la Industria mas allá de conducirse como HR de una fábrica, que es donde la mayoría proviene? ¿Cuantos Directores Generales dedican por lo menos el treinta por ciento de su tiempo al tema de los recursos humanos de su Agencia?  Seguro que las hay, y los hay,  pero les apuesto que no son muchas, ni muchos. Esto indica sin más una miopía supina, pues la fracesita de marras con mas de un siglo de existencia continúa siendo de una vigencia aterradora.

Reflexionemos si nó. En la época dorada de Mad Man (gran serie, veanla) y de Madison Avenue, no existían las escuelas de Comunicación, la Publicidad se nutría de talento proveniente de las disciplinas mas dispares con algo en común,  eran gente casi siempre de una vasta cultura, con multiintereses vitales, ambiciosos y decididos a ser grandes, ricos y pasar a la historia  a través de una disciplina nueva, apasionante y sin reglas, eran los nuevos conquistadores. La Publicidad incluso en estas tierras subdesarrolladas del Sur era capaz de atraer con su brillo talentos como García Marquez y Alejo Carpentier. Aún recuerdo como Julio Gonzalez, estudiante de letras de la Universidad de Santiago, y posteriormente creativo y dueño de su propia Agencia, nos contaba a los chavos con que respeto religioso y casi místico, ocupó la silla que había sido de García Marquez en ARS Publicidad (Hoy ARS.DDB). 
Entoces alguien, que debió pertenecer a una especie de AMAP de la época, decidió que la Industria debería profesionalizarse y se crearon las Escuelas de Comunicación, y desde ese día hasta el sol de hoy la industria se a nutrido de "Verdaderos Profesionales" versus la cantidad de improvisados que la había nutrido y hecho grande, brillante y atrayente hasta la fecha.
Lo anterior auque lógico en principio, pues toda industria para ser competitiva debe profesionalizarse primero, no deja de tener tremendas implicaciones en una industria que produce, no tornillos sino IDEAS con mayúscula .

Veamos, es de esperarse que cualquier individuo que opte por una carrera de este tipo (Comunicación) debe en principio tener una necesidad vital de "comunicarse" con sus semejantes, algún tipo de rebeldía frente a los paradigmas que le rodean, y algún skill humanista en ese sentido, quizás escribir cuentos que nadie lee, ser condenadamente fanático de la música y balbucear algún instrumento, hacer trabajos manuales en plastilina, que se yó, una tendencia innata a crear y a comunicarse a través de su creación. Pues nó, la gran mayoría de los alumnos que llegan a Comunicación lo hacen porque o no saben que estudiar y les da nota eso de los comerciales y los modelos, o porque no sivieron para Ingeniería o Arquitectura, o porque sencillamente es facil y hay unas nenas buenísimas en el pensum. Para terminar de agravar el asunto, resulta que los profesores de tan prometedor estudiantado, la mayoría son teóricos que nunca han trabajado en el medio, y por si esto fuera poco el pensum mismo es una retahila de los mismos lugares comunes que ya se enseñaban hace treinta años como si el mundo no hubiera cambiado en ese tiempo.

Este sería el mal menor si no fuera por nuestra especial manera de reclutar al talento que en el futuro será la gente "grande" de la Industria. Los reclutamos eufemísticamente como becarios (Es una manera de reclutar mano de obra barata para que hagan los trabajos que nadie quiere hacer en la Agencia, una especie de espaldas mojadas con glamour), normalmente entran porque conocen a alguien, son hijos o primos de otro alguien, vienen de alguna Universidad de clase media alta y aunque apenas saben escribir sin faltas de ortografía y sus preocupaciones culturales no van mas allá del Chivas, del América o de Paris Hilton, a los tres meses ya están en nómina y a los seis ya son Ejecutivos de Cuentas o Copy Junior, y al año el chaval empieza a recibir ofertas a diestra y sieniestra como si de Maradona se tratara. El resto de la escalera sigue la misma dinámica futbolera, cerramos los huecos a prisa, fichando jugadores a los que les damos un mejor cargo y pagamos el doble y sin mucho miramiento.
¿Y que pasa con el talento y con la actitud correcta? ¿Lo buscamos? ¿Lo identificamos? ¿Lo incentivamos? ¿Lo premiamos? Permitame ponerlo en duda. Y esto viene a cuento del tan traido y llevado "valor de Las Ideas". La industria está en crisis, y en un verdadero círculo vicioso, las Agencias están comoditizadas, por lo tanto no se pagan adecuadamente sus ideas, por lo tanto tampoco hay dinero para atraer verdadero talento, por lo tanto producimos ideas que a la postre pues tampoco, seamos sinceros, deberiamos aspirar a ser mejor pagadas, y a comenzar de nuevo.

En fin que si analizamos nuestro problema como Industria en México, y en vez de alardear y sacar pecho, en lo que somos maestros, nos sinceramos con nosotros mismos deberíamos hacernos la siguiente pregunta ¿Estamos de verdad produciendo grandes ideas?  o ir al origen del problema y ser aún mas acuciosos y descarnados, ¿Necesitamos ascensores tan potentes en nuestras oficinas para la carga tan light que transportan diariamente?  

  

4 comentarios:

HOMERO VELAZQUEZ dijo...

Apabullantemente cierto. Rafael, has tocado la vena más sensible, el nervio más directo que conduce a las neuronas de la verdad. Muy buen artículo.

Yuri Alvarado dijo...

Lapidario.

Excelente reflexion.

Unknown dijo...

Tienes toda la razón. El mundo no necesita de otro blog, pero definitivamente es un gusto que te hayas ahorrado la lana de la terapia y decidas usar tus laberintos mentales para tu propio consumo y el de los que tenemos la buena suerte de toparnos con ellos.
Como si dejaras el trago descuidado por un tiempo, le daremos unos buenos sorbos. Qué bien que no usaste coca light y lo cargaste de azúcar y excelentes letras.
Salud.

Unknown dijo...

luisacuellar@gmail.com